domingo, 26 de mayo de 2013

La Familia Morazan y su ascendencia en Yuscaran


En el número anterior de esta revista, inicié este artículo con un resumen de la vida de Don Juan Bautista Morazán abuelo del General Francisco Morazán. En esta segunda parte les comparto las genealogías de algunos de los hijos de don Juan Bautista Morazán que se quedaron viviendo en Yuscarán, entre ellos tenemos a Rita, Jacinto y María Concepción.

Primera Generación.
JACINTO MORAZAN se casó en Yuscarán  con Tranquilina Bográn, entre sus hijos contamos a Antonio, José María, Paula Josefa, Anastasio y María Josefa Morazán Bográn.

MARIA CONCEPCION MORAZAN se casó en Yuscarán con su primo el también corso Pablo Morazán, sobrino de don Juan Bautista Morazán, entre sus hijos contamos a Rafael, Marcelina, Manuela y María de los Ángeles Morazán Morazán.

Segunda Generación.
MARIA JOSEFA MORAZAN se casó con Antonio Argeñal entre sus hijos contamos a Santos, Mercedes, Carlos y Carlota Argeñal Morazán.

MANUELA MORAZAN contrajo matrimonio con Félix Serra, español nacido en Barcelona. De este matrimonio efectuado en Yuscarán nacieron; Joaquín, Pablo, Félix, Ramón, Enrique, Guadalupe, Teresa, Concepción y Carmen Serra Morazán
JOAQUIN SERRA MORAZAN se caso con Tula Quiñones, oriunda de Cedros, F.M. y procrearon a; Carmen, Tula (quien llego a ser reina de belleza en El Salvador), María y Joaquín Serra Morazán Quiñones. Todos ellos residieron en El Salvador.
CARMEN SERRA MORAZAN contrajo nupcias con don Alesio Fortín y tuvieron una hija: Raimunda Fortín Serra Morazán
TERESA SERRA MORAZAN contrajo matrimonio en Yuscarán, con don Mónico Córdova, el 29 de junio de 1860 y de esa unión nacieron: Mónico Córdova h, Cornelio, Gonzalo, José, Gustavo, Alfredo, Constantino, Salvador, Elena, Manuela, Goyita, Teresa, Julia, Isabel y Francisca Córdova Serra Morazán. Don Mónico también tuvo como hijos naturales a Leopoldo Córdova Ordóñez y Luis Córdova Castellanos.

ENRIQUE SERRA MORAZAN se casó en Yuscarán con Aurelia Banegas. Fueron sus hijos: Ángela, Ernestina, Aminda, Trina, Terencio, Pablo y José Serra Morazán Banegas.
FELIX Y RAMON SERRA MORAZAN  no dejaron descendencia conocida. GUADALUPE Y CONCPECION SERRA MORAZAN murieron solteras.

Francisca Cordova
Serra Morazan
Tercera Generación. EL DOCTOR MONICO CORDOVA SERRA MORAZAN contrajo nupcias con Luisa Lardizabal procreando cinco hijos: Hernán, Carmen, María Teresa, Eva y Julia Córdova Lardizábal. Tuvo además cuatro hijos naturales; Emilio, Marco, Tulio, Ofelia y Hortensia. JOSE GUSTAVO CORDOVA SERRA MORAZAN, se casó con Lola Rivas nicaragüense y procreó los siguientes hijos: Gustavo, Rafael, Alvaro, Guillermo y Gastón. José Gustavo también dejo dos hijos naturales con Otilia Ochoa: Elena y María que murió a temprana edad. CORNELIO CORDOVA SERRA MORAZAN se casó en primeras nupcias con Francisca Fortín, en segundas nupcias con Ester Fortín con la que tuvo dos hijos: Cornelio y Carmen Córdova Fortín. Dejó una hija natural: Clementina Córdova. CONSTANTINO CORDOVA SERRA MORAZAN formó su hogar con Mercedes Díaz, con quien tuvo una sola hija: Cecilia Córdova Díaz. Contrajo segundas nupcias con Mirtila Vargas procreando a Mirtila y Oscar Córdova Vargas. Dejo un hijo natural: Rafael. MANUELA CORDOVA SERRA MORAZAN contrajo matrimonio con el Licenciado Gilberto Larios, nicaragüense, con quien tuvo estos hijos: Gilberto, Pedro y el doctor Manuel Larios Córdova (fallecido en 1957) GOYITA CORDOVA SERRA MORAZAN se casó con don Cornelio Moncada. Tuvo un hijo médico y cirujano quien falleció en San Pedro Sula bastante joven.
FRANCISCA CORDOVA SERRA MORAZAN  fue casada con el Licenciado Jacinto R. Rivas con quien procreó cinco hijos: Carlos, Roberto, María Luisa, Julia y Elena Rivas Córdova.

ISABEL CORDOVA SERRA MORAZAN Contrajo matrimonio con el ciudadano alemán Carlos Von Lambsdorff teniendo dos descendientes; Enriqueta y Dolores Lambdorff Córdova. ALFREDO CORDOVA SERRA MORAZAN fundó su hogar con Josefa García teniendo como hijos a: Ada, Estela y Teresa Córdova García. También tuvo tres hijos naturales: Mercedes Grádiz, Amilcar y Jorge Girón. MONICO CORDOVA  contrajo nupcias con Josefa Lozano, teniendo los hijos: Benjamín, Amalia, Fausto, Laura, Emma, Héctor y Marieta Córdova Lozano. ELENA, MARIA TERESA Y JULIA CORDOVA SERRA MORAZAN permanecieron solteras.

Tula Serra Quiñonez
Cuarta Generación. ADA CÓRDOVA GARCIA, se casó con el Licenciado Alfredo Trejo Castillo y tuvieron dos hijas: Mireya y María Lourdes Trejo Córdova. TERESA CÓRDOVA GARCIA se sabe que fue casada con el nicaragüense David Ayón. ESTELA CÓRDOVA GARCIA murió soltera. MARIETA CÓRDOVA LOZANO se casó con Miguel Dávila Córdova y tuvieron cinco descendientes: José, Miguel, Ligia, Leonardo y Rosario. GILBERTO LARIOS CÓRDOVA fundó su hogar con Fidelina Toledo, nicaragüense y procrearon a Gilberto y Pedro Larios Toledo. EL DOCTOR MANUEL LARIOS CÓRDOVA contrajo matrimonio con Emma Bonilla Gutiérrez, hija del Doctor Policarpo Bonilla. De su unión nacieron: Manuel Enrique y Marianela Larios Bonilla. CARLOS RIVAS CÓRDOVA fue casado con María García, nicaragüense teniendo cinco hijos: Carlos, Julia, Ligia, Conrado y Norma Rivas García. Carlos Rivas Cordova procreo a Gerardo Rivas Bustillo (su primogénito) con Adriana Bustillo. ROBERTO RIVAS CÓRDOVA contrajo matrimonio con Azucena Muñoz Soleiro mexicana, con la que tuvo cuatro hijos: María Elena, Roberto, Aída y Gloria Rivas Muñoz Soleiro. JULIA RIVAS CÓRDOVA se casó con el norteamericano Heberth Huughes, procreando cuatro hijos: Heberth, Robert, Patrick y Katheleen, residentes en California, Estados Unidos de Norteamérica. MARIA LUISA RIVAS CÓRDOVA casó con el Ingeniero Federico Boquín y procrearon tres hijos: Federico, Luis Alberto y María Teresa Boquín Rivas. ELENA RIVAS CÓRDOVA contrajo nupcias con Rafael Melo y sólo tuvo un hijo: Rafael Melo Rivas, residentes en México. OFELIA CÓRDOVA caso con Pablo Ochoa y tuvo los hijos: Ofelia, Estela, Olga y Roberto Ochoa Córdova. PEDRO LARIOS TOLEDO con Lilian corrales tuvo los siguientes descendientes: Augusto y Marta Lilia Larios Corrales, Augusto vivía aun en 1991 en Tegucigalpa. MIRTILA CÓRDOVA VARGAS casó con Roberto Ramírez Folgar y tuvieron cuatro hijos: Noemi Marly, Miriam Esperanza, Mirty Aracely y Roberto Ramírez Córdova, OSCAR CÓRDOVA VARGAS, casó con Soledad Irías Valeriano y tuvieron tres hijas: Rosario, Elena y Eloisa Córdova Irías, también puede agregarse como familiares el Br. J. Anibal Serra y las señoritas: Albertina, Blanca, Marta y Norma Serra.

Recopilaciones de Lic. Hector Ramón Cortés Cáceres
Publicado en la Revista Yuscarán, Ayer y Hoy, Número 5, Abril 2013


El Mineral de Yuscaran, Siglo XIX



Ilustración del Ingenio El Alto, año 1887
Por Thomas R. Lombarth

Calle Típica de Yuscarán,
fotografía de Héctor R. Cortés
El Real de Minas de San José de Yuscarán surgió a la vida, gracias al venero de cuantiosas riquezas en oro y plata que abriga su pródigo subsuelo.  El corresponsal del diario El Republicano de 15 de diciembre de 1886, dice desde el puerto de Trujillo lo siguiente: “Para formarse una idea exacta de la riqueza minera que encierra el vasto territorio hondureño, necesario es visitarlo.  Quién ha pisado el Guayape, Yuscarán y Erandique, quien ha visto eso enormes cerros repletos de plata y ese caudaloso río saturado de oro, nos hará justicia, diciendo: que nuestro acierto es verídico.

La mayor parte de las poblaciones de Honduras han sido fundadas sobre minas que antiguamente estuvieron en elaboración. Los españoles conquistadores de esta tierra, en donde encontraban una mina hacían un pueblo. La catedral y el hermosísimo puente de Tegucigalpa son monumentos levantados con los productos de los ricos filones de sus minas: la primera obra fue iniciativa del ilustrado y virtuosos Presbítero Zelaya, la segunda por el vecindario.

Por largos años la minería fue el patrimonio de los hondureños. Ahora de nuevo empiezan a buscar la riqueza en las entrañas de la tierra. En Yuscarán  hay siete compañías norteamericanas, una de reducción y otras mineras y no obstante de ser sus labores hasta la fecha  preliminares, ponen en circulación, mensual, más de cien mil pesos. Los trabajos continúan con actividad asombrosa, todas ellas piensan y tienen el convencimiento de obtener pingueis ganancias del dinero invertido.

Las citadas compañías son dueñas de grandes minas conocidas con los nombre de Guayabillas, Quemazones, Capiro y El Novillo; las que sin agotarse han sido por espacio de muchos años un emporio de riqueza.

Historia de las minas de Yuscarán.

El descubrimiento del mineral de Yuscarán tuvo lugar en el siglo XVII por vecinos del pueblo de Potrerillos al andar en busca de ganado de un señor Rodríguez, que había desaparecido del retiro llamado Los Tablones y también en persecución de un tigre que en el lugar llamado Agua Blanca, devoró a un hijo del señor Rodríguez con ocasión  de estar salitreando ganado.  Los vecinos siguieron las huellas del ganado de Los Tablones al Río de los Aguacates y de allí por la Quebrada Grande hasta el lugar Las Yguanas en donde encontraron el ganado lamiendo un terreno blanco al que examinarlo por los vecinos, resultó ser un gran yacimiento de plata virgen que en seguida constituyó la rica mina de Yguanos. Con el descubrimiento se precedió a la explotación constituyéndose el plantel en una planada que hoy ocupa las huertas del señor Felipe Lezama, doña Jesús Q. v de Fortín y doña Isabel Videa y los hornos de fundición  en una pendiente ocupada hoy por las casas de don Andrés González en el lugar El Palomar, de Felipe Cerrato Lezama; en Las Congojas, de don Dionisio Licona, en El Pacón y huerta de María del Rosario Mejía, en la Casa Vieja, de cuyos hornos hoy existen como recuerdo grandes capas de grasa en dicha pendiente. Con el hallazgo de la riquísima mina acudieron familias de Potrerillos, Santa Lucia, San Antonio de Oriente, El Corpus y Comayagua en busca de trabajo, formándose la población en el lugar que llamaron Las Congojas.


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Ilustración del Ingenio de la Mina Guayabillas, 1887
Por Thomas R. Lombarth
Por ese tiempo vino un sacerdote español y dijo misa, la primera en este mineral, en una garita que se construyó en una planada que hoy ocupa la casa de herederos de don Jesús Medina, inmediata a otra casa de construcción española llamada Los Cocos que aún existe, perteneciente a doña Margarita Varela v. de Sierra. Con la explotación de la mina aumentó el número de habitantes formando el pueblo en una planada llamada El Novillo y el cementerio en el lugar que ocupa la casa que fue de don P. Imbodem y hoy de herederos de doña Concepción de Rosales en el barrio de la Plazuela de esta ciudad. Un tiempo después, el lugar de El Novillo no tuvo capacidad para el alojamiento de habitantes y entonces éstos dispusieron trasladar la población a otro lugar para lo cual estudiaron los llanos de El Cacao y San Luis, tropezando con la dificultad de la introducción  del agua potable y concluyeron por formar la población en la pendiente que hoy ocupa la ciudad de Yuscarán y el cementerio en el que hoy es el Barrio El Calvario.


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Después del descubrimiento de la mina de Iguanas y en el mismo siglo XVII se descubrió la famosa mina de oro a la que le llamaron Guayabillas situada en el lugar que hoy ocupa la aldea de San Luis. Cada año, los dueños de minas acudían a la ciudad de Comayagua a pagar el impuesto y a proveerse de azogue,  por esto en los archivos de aquella ciudad se pueden obtener el dato de que la producción anual de la mina Guayabillas era de dos millones de onzas de oro. La mina dejó de trabajarse al proclamarse la independencia de Centro América porque sus dueños eran españoles y huyeron por temor a las amenazas de nuestros indígenas.


Una de las bocaminas de la mina de Guayabillas

Fotografía Héctor R. Cortés
En el año de 1892, don Jacobo P. Imbodem, por cuenta de una compañía inglesa, estableció trabajos para desaguar y explotar la mina, colocando al efecto una potente bomba con la que secó el primer pozo y la primera galería en donde encontraron el primer pilar, sistema que empleaban los españoles para sostener la mina, cuyo pilar fue arrancado y de su beneficio rindió el producto de seis arrobas de oro, metal precioso que el señor Imbodem remitió a New York, conduciéndolo hasta el puerto de Amapala un negro de apellido Maike.  Con motivo del movimiento revolucionario encabezado por el Dr. Policarpo Bonilla, en el año de 1893, el señor Imbodem emigró con su familia para la República de Guatemala.


Ya en el siglo de XVIII se habían descubierto las minas de Monserrat, Santa Elena, El Suyate, El Platero, El Zapote, San Juan, El Sacramento y muchos hasta el presente siglo, llegando al número de ciento veinte, según denuncias que se encontraron en los archivos de la Gobernación Política y del Juzgado de Letras en el año de 1912, para dar el informe del año económico en el Ramo de Fomento al Supremo Poder Ejecutivo.

Ilustración mina de Quemazones, año 1887
Por Thomas R. Lombarth
El dueño de la mina Sacramento, don Pedro Fortín, prometió dar a la iglesia el primer hallazgo de plata que tuviera y como milagro, al poco trabajar, encontró un lingote en estado natural que pesó seis arrobas e inmediatamente cumplió su promesa dándoselo a la iglesia, cuyo obsequio recibió el Sacerdote don José Ángel Carrasco y del cual se hizo construir una hermosa lámpara de cien candelabros, de grandes dimensiones. Esta obra de un verdadero artífice que servía para iluminar la Iglesia en los días de Semana Santa consagrados a la pasión del Divino Nazareno, tuvo vida efímera porque se fundió al quemarse la iglesia el 3 de enero de 1861, como un castigo del cielo, por el sacrilegio que cometieron los que robaron sus tesoros sagrados; la custodia y el cáliz de oro. Perdiéndose por consecuencia además de la famosa lámpara, los marcos de plata que estaban guardados en caja de hierro,  quedando exhausto el tesoro eclesiástico de este curato. Don Julio Obando salvó de las llamas la hostia consagrada del Divino Sacramento.

La mina Monserrat fue descubierta por don Victoriano Girón quien la vendió a los señores Pantaleon y Jorge Colliler; estos a su vez, la traspasaron a la compañía que presidio Mister Scott. La mina estuvo explotándose bajo la superintendencia de Mister Croh hasta el año de 1894; de Mister Preston H. Hasquel, durante el año de 1896 y de Gral. Ricardo Streber hasta 1898, año en que clausuró los trabajos.

Por los años de 1880 a 1884 los señores Federico Durón, Felix Serra, Jorge Collier, José Maria Uncal, Vicente Williams y Juan D. Kler, a quien generalmente llamaban “Mister Fear”, organizaron una compañía para explotar las minas de Capiro y otras cercanas a Guayabillas.

Estas minas  fueron explotadas de 1888 a 1893, por la misma compañía inglesa que representó en esta ciudad don Jacobo P. Imbodem  cuando este intentó desaguar la mina de Guayabillas instalándose una maquinaria en el lugar “Los Ultimos”, que al decir de expertos en aquella época era la primera de una clase muy valiosa, que funcionaba en la exploración de Centro América. Estaba dotada de una planta de luz eléctrica, cuando  no era conocida en ninguna población de Honduras y quizá en la América Central.

El real de minas de San José de Yuscarán  fue su primer nombre que sonoro y vibrante, llegara a la Caja real de la tutora poderosa y que no oyeron muellemente Carlos V y Felipe II.
Como es de suponerse, el crecimiento de su población fue rápido, habiendo necesidad de que el mineral tuviera sus autoridades que velaran por el orden y dirimieran sus querellas. Así fue que el 22 de febrero de 1792, el subdelegado que presidía el gobierno e intendencia del partido de Tegucigalpa, don Pedro Mártir de Zelaya, comisionó al Juez Territorial, don Fernando José Avilés para que practicase la primera elección de autoridades locales.

Los señores suizos don Carlos y don Otto Zurcher se organizaron en compañía las minas “Comunidad”, San Miguel, El Cañon o Sacramento en el año de 1883 y establecieron los trabajos en gran escala que duraron hasta el año de 1898, terminando por lo bajo de precio de la plata y por un litigio que les entabló el General Ricardo Streber, atribuyéndose haber penetrado las labores de la compañía Zurcher a la zona minera de Monserrat. Los señores Zurcher intentaron desaguar la mina de Iguanos y para esto construyeron un taladro en lugar “Plantel Central”, cuyo taladro llega a la mina de “El Cañon”, la cual al desaguarse ahogó a un itlalinao de apellido Prioli. Los señores Zurcher, por su laboriosidad y estado de cultura, dejaron en Yuscarán gratísimos recuerdos.

Entrada de la Mina Sacramento o La Suiza
Archivo Casa Fortín
Con la paralización de los trabajos de las zonas mineras que explotaban los hermanos Zurcher, estos dejaron de pagar al Estado, por varios años, el canon de ley, por lo que según solicitud presentada el 22 de agosto del año de 1935, por el Lic. Jacinto R. Rivas, se declararon caducas, rematándose por la cantidad de (L. 13,500) trece mil quinientos lempiras a favor de la compañía que regentaba el Sr. Culotta.

El año de 1888, los señores ingleses Vicente Lombar y Roberto Hason negociaron con don Alberto Zelaya, don Francisco Murillo y doña Clara Fúnez v. de Bonilla, las minas del cerro de Santa Elena, pagando al primero de los vendedores por su acción, sesenta mil pesos en moneda y dando a los otros dos una fabulosa cantidad de bonos para cobrar en Bancos de Inglaterra, cuya cantidad perdieron porque no la pudieron cobrar y que nunca más volvieron los compradores a esta ciudad. Estas minas muy ricas en oro dejaron de explotarse en el año de 1892 porque los encargados del trabajo no rindieron cuentas satisfactorias a los dueños.

La mina Quemazones fue re descubierta en el año de 1859 por don Hilario Rivera y don Dario Fortín.
Planteles. 

Los Planteles de beneficio de brozas, de estas minas fueron: Plantel de Santa Elena, Plantel de La Suiza, Plantel Los Aguacates, Ingenio Las Lajas, Ingenio El Alto, Ingenio Los Cocos y Plantel Los Últimos, de los cuales existen vestigios de máquinas destruidas por la acción del tiempo.

Plantel La Suiza, propiedad de los Zurcher, estaba situado en una planada comprendida entre los cerros de Quemazones, Cerro de la Vieja y Santa Elena. En este lugar, por la deliciosa frescura de la vegetación y por la abundancia de agua, se establecieron las oficinas de la compañía minera, teniendo toda la amplitud y confort, corriendo por el centro de ella la corriente caudalosa de la Quebrada Grande que tiene su nacimiento, juntamente con los Yeguare, Oropolí y el de Aguacates, en el Cerro de Los Camones, donde se dice existe un volcán de agua, algo parecido al volcán de Agua de Guatemala. Esta quebrada corre cual serpiente de plata, por una cañada que rodea casi toda la población. En el fondo de la cañada, la vegetación lo cubrió todo; plátanos de todas clases que nada tienen que envidiar a los que se producen en las márgenes del Rio Ulúa; cafetos, naranjas dulces de todas clases: naranjas pomelas, naranjas limas y naranjas toronjas; ciruelas del país y japonesas, etc.


La cañada de por sí, con su flora, es un jardín; y un jardín de maravilla. Por la noche, aparte del espectáculo grandioso de las tierras tropicales, se oyen los trinos de los pájaros.

Por el extremo opuesto a la ciudad y paralela a la Quebrada Grande, corre un vertiente, derrame del depósito de agua potable que surte a la población conocida como de Agua Salada, que lo menos que tiene es ser salada. Esta quebrada corre por entre una cañada un tanto árida que forma el borde de la ciudad y el cerro de Santa Anita, que se yergue frente a la sultana de Oriente y desde cuya cumbre se mira un paisaje bellísimo, destacándose el Cuartel con el aroma de sus flores y la verdura de sus legumbres.

Las habitantes de esta región se dedican exclusivamente a la cría de cerdos y  gallinas. Quizá por esto abundan los guasalos, el eterno enemigo de las gallinas. Y de ahí el nombre de “Guazalada”, en vez de Agua Salada, que por antonomasia le han puesto las gentes.

Publicado por Lic. Hector Ramón Cortés en la revista Yuscarán, Ayer y Hoy, Número 5, Abril 2013
Fuente: Revista de La Biblioteca y Archivos Nacionales año 1942, Fuente original Fragmentos del libro Inédito: “Reseña Histórico-Geográfica, Económica y Social del Municipio de Yuscarán”, escrito por Carlos A. Vallecillo. 



La Familia Fortin



De pie Horacio Fortín Machado y Daniel Fortín Ordoñez
Sentados Cornelio Fortín Ordoñez, Alecio Fortín,
Mariana Ordonez de Fortín y Don Daniel Fortín
Niños Fausto y Marco Fortín Rivera
Durante el período de la Reforma Liberal en Honduras, se pretendió estimular la explotación de los recursos nacionales con el objeto de incorporar la economía hondureña al mercado mundial capitalista. Este momento fue aprovechado para acelerar la producción minera, así en el año de 1878 fue creada en Yuscarán una sociedad cuyo objetivo era la tecnificación de las explotaciones mineras; el capital suscrito fue de 10.000 pesos y  los accionistas mayoritarios fueron la familia Fortín y el Directorio provisional estaba compuesto por los señores Mónico Córdova, Alesio Fortín y Santiago Moncada.

En el año de 1881 esta sociedad minera se encuentra explotando las minas Providencia, además de ésta en el circulo de Yuscarán, estaban siendo explotadas la minas Santa Elena, propiedad particular de los señores Daniel Fortín, Mónico Córdova y Pedro Bonilla; La Esperanza de Mónico Córdova y Felipe Rivera; La Liverpool, Jesús, La Concepción y Gibraltar eran propiedad de los señores Abelardo Zelaya y Francisco Murillo, Las Mercedes propiedad de Pío Uclés y Luciano Carias.

La compañía organizada por la Familia Fortín, apenas tuvo un éxito moderado debido a que los accionistas no pagaban sus cuotas en forma regular por lo que fue disuelta legalmente en el año de 1884. En verdad podemos apreciar que el desaparecimiento de la sociedad minera de Yuscarán coincide con la inversión de capital extranjero en la producción, o sea que es el ejemplo clásico de desplazamiento de la burguesía nacional emergente por el capital transnacional.

De pie Celso y Daniel Fortín Ordoñez
Sentados Mariana Ordoñez de Fortín,
Mariano Fortín Ordoñez
y Daniel  Fortín 
La explotación minera trajo consigo un enorme desarrollo comercial y munchas representaciones extranjeras tuvieron su asiento en Yuscarán, polo de desarrollo del país, algunos de sus representantes unieron sus intereses económicos (a través de enlaces matrimoniales) a los que las familias dominantes y conformar de esa manera la oligarquía del lugar. 

Eran poseedores de grandes almacenes, cuyos artículos eran importados desde Estados Unidos, Inglaterra y Alemania a través del Puerto de Amapala desde donde llegaban a Yuscarán a lomo de mulas. Los principales artículos de importación eran maquinara para la explotación minera, alambre, harina, libros impresos, maquinaria agrícola, útiles de ferretería, velas, abarrotería, etc…  


se ha podido verificar que se dedicaban a la exportación de minerales con destino a esos mismos países.
Según la calificación de capitalistas, hecha por la municipalidad de Yuscarán en el año de 1897, la familia Fortín (Daniel Fortín, padre), tenía un capital de 6,000 pesos y tan solo se enumera la posesión de cuatro casas y sus negocios comerciales. Daniel Fortín y sus hijos muy pronto llegan a tener una amplia red comercial que cubría Tegucigalpa, cuya tienda se encontraba localizada en un elegante edificio próximo a la Casa Presidencial, el almacén principal se especializaba en artículos para caballeros y tenia anexo un magnifico taller de sastrería; además, San Juancito, Juticalpa, Guinope, Danlí y El Zamorano, donde se expendían mercaderías en general mientras que don Mónico Córdova había formado una sociedad  para la explotación minera.

Las prerrogativas otorgadas por el Estado beneficiaron innegablemente a la oligarquía de Yuscarán consolidando su poder económico. A partir de 1897 Daniel Fortín (padre), aparece matriculado como agricultor y ganadero residente en Tegucigalpa y dueño de una hacienda ganadera en El Zamorano. Progresivamente fue adquiriendo nuevas posesiones en Morocelí (El Retiro del Capulín), Cedros (La Vereda), y en Cortés (Guanacastal) con el objeto de explotar la agricultura y ganadería. Según Dionisio (Nicho) Colindres, don Daniel Fortín era dueño de cinco haciendas; El Zamorano, San Francisco, Potrero Grande, El Capulin y El Censo.

La familia Fortín se integró al proceso agro-exportador a través del cultivo del café, explotaciones ganaderas y de caña de azúcar. Este último rubro alcanzó gran desarrollo al ser una agro-industria de la que obtenían dos productos: el azúcar refinada y el aguardiente. Daniel Fortín (hijo) trató de desarrollar la producción de trigo en la hacienda de El Zamorano, donde había instalado un molino harinero.

Máximo B. Rosales y Concepción Fortín de Rosales y
sus hijos Maria Cristina, Rodolfo y Mariana, ya adultos y
sus descendientes donaron la Casa Fortín
al pueblo de Yuscarán.
Para el año de 1907 Alesio Fortín (hermano de Don Daniel Fortín), aparece como uno de los propietarios más poderosos de la región, posesión suya era la conocida hacienda de Jaguas y cuatro años más tarde Cornelio Fortín era poseedor de un millar de cabezas de ganado en su hacienda de Morocelí. Con la muerte de Don Daniel (padre), el 16 de agosto de 1907, el centro comercial de Yuscarán quedó en manos de Cornelio Fortín, quien la mayor parte del tiempo pasaba en Tegucigalpa, de allí que el almacén fuera en un progresivo abandono. Para ese mismo año el almacén fue incendiado por Manuel Argeñal, por divergencias políticas (Cornelio Fortín era nacionalista), y según Don Nicho Colindres las pérdidas ascendieron a 50,000 pesos, a pesar de ello la tienda volvió a organizarse pero ya no presentó la misma actividad.

En 1914 la firma Hermanos Fortín de Tegucigalpa, obtuvo una concesión por el periodo de 10 años para establecer una refinería de azúcar. Dentro de la protección otorgada por el Estado estaba la libre introducción de la maquinaria, herramientas y todo tipo de útiles necesarios para la producción azucarera, además la liberación de sus empleados de la obligatoriedad de prestar el servicio militar. Para el año siguiente, la producción de la refinería se acercaba a las 1,000 toneladas de azúcar. Este ingenio azucarero se encontraba localizado en la Hacienda de El Zamorano, al igual que la destilería de aguardiente.

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Poder Político. El grupo comercial-terrateniente, mantuvo durante algún tiempo el control del poder municipal y del gobierno central, como es el caso de Daniel Fortín h, que fue miembro del Consejo de Ministros de 1903 durante el Gobierno de Terencio Sierra. El control político local se ejercía alternadamente entre las principales familias de Yuscarán, En el año de 1883 durante el Gobierno de Luis Bográn, Daniel y Alesio Fortín eran Diputados al Congreso Nacional; dos años después Daniel Fortín aparece como Vice-Presidente del mismo y en 1887 era Gobernador Político del Departamento de El Paraíso y en las elecciones para autoridades municipales realizadas el año siguiente fueron electos Alesio Fortín y Trinidad Grádiz. Durante todo el periodo que va de 1880 a 1915, los miembros de las principales familias de Yuscarán ostentaron algún cargo público o fueron consejeros municipales.

La  Casa Fortín . Fue construida por Daniel Fortín padre, probablemente en la segunda mitad del siglo XIX, se encuentra ubicada en la antigua Calle del Comercio o Calle Fortín que forma parte del casco viejo de Yuscarán dentro de la zona declarada Monumento Nacional conforme al acuerdo No. 156 de marzo de 1979 por la Junta Militar de Gobierno, a través de la Secretaria de Estado en el Despacho de Cultura y Turismo.

Concepción Fortín Ordoñez de Rosales
La arquitectura de la residencia está influenciada por el estilo español, con balcones de media puerta. La casa está formada por dos plantas en forma de “U” y un patio interior; la primera planta era utilizada como almacén y oficina  dotada de tres habitaciones, además existe un zaguán que da acceso a la parte interior, donde se localiza un pozo artesano, los jardines y la caballeriza. Hacia la derecha de esta primera planta se encuentra localizado un cuarto que era utilizado como bodega y se llega a el por medio de gradas, quedando en un nivel intermedio entre el primero y segundo piso. En la parte superior está el área que otrora fuera destinada para dormitorios y la sala principal. El cuarto localizado al lado izquierdo y que tiene una estrella de caoba en el cielo raso era la sala, la que estaba decorada con un gusto exquisito y en la cual había un piano de cola que había sido propiedad d Concepción (Concha) Fortín, la hija de Don Daniel Fortín y su esposa Mariana Ordoñez. Algunas secciones de la casa estaban alfombradas. Las paredes interiores de la sala y dormitorios estaban tapizadas, mientras que las paredes exteriores estaban decoradas con siete pinturas murales realizadas por un pintor foráneo y solo en una de ellas aparece la firma “J. A. González”, al parecer autor de las obras en su totalidad. La cocina se encuentra también en la planta alta y muy bien dotada de todos los utensilios para el uso doméstico,  además hay fogón grande con chimenea y horno incluido.

Daniel Fortín Ordoñez
Como se dijera antes, la casa estaba dotada de un pozo artesano para abastecer de agua a la familia, el sistema de aguas negras también fue instalado y el sistema de iluminación era por medio de grandes lámparas de cristal compuestas de 48 velas de sebo, a su vez dotadas de unos bloqueadores para evitar que las corrientes de aire apagaran las velas. Las recepciones que daban las principales familias de Yuscarán eran parecidas a las que se daban en los salas consistoriales de la nobleza de España o Francia, la música era de piano, violín y flauta interpretados por músicos locales. Solamente tenían acceso a estas reuniones las personas prominentes de determinado status social, las principales familias de El Paraíso.

De la otrora riqueza del mineral de Yuscarán sólo quedan una serie de leyendas, especialmente tejidas alrededor de las principales familias. Se dice que en las casas grandes existen botijas y que aparecen fantasmas. En otra oportunidad escribiré sobre  Yuscarán y la minería del periodo colonial.

Publicado en la Revista Yuscarán Ayer y Hoy, Número 5, Abril 2013
Investigación y Recopilación Lic. Héctor Ramón Cortés,
Fuente: Revista Yaxkin No. 1, Instituto Hondureño de Antropología e Historia, 1983, Articulo: La Casa Solariega del siglo XIX, el caso de la Familia Fortín, Fotografías Casa Fortín Casa de la Cultura de Yuscarán



La Familia Guardiola Arbizu

Ana Mateo Arbizu Flores y
El Presidente Santos Guardiola




Cuenta la tradición que el General Esteban Guardiola antes de ser Presidente de la República de Honduras, fue varias veces al mineral de Yuscarán, algunas de ellas de paso para Texiguat. En uno de esos viajes llegó a una casa de campo,  propiedad de don Calixto Arbizú, situada a poca distancia de esta población. Arbizú vivía allí con su esposa doña Santos Flores, viuda de un funcionario español de apellido Tagle, sus hijas Trinidad, Mariana y Anita y miembros de su servidumbre.
Como ya en Guardiola pesaba la leyenda negra, inventada por sus implacables enemigos, se le tenía por el hombre temible. Como era natural, las mujeres de la casa, se fueron a refugiar en las piezas más retiradas; pero como Guardiola manifestara al señor Arbizú su deseo de conocerlas, éste las llamó a presencia del visitante, a donde llenas de timidez llegaron.

Todo fue verlas y Guardiola quedó prendado de Anita, quien teniendo como todas las mujeres la intuición del amor que despiertan en los hombres, simpatizó también con él. Ese sentimiento de amor fue acercando a esos dos seres hasta pactar su próximo enlace.

Genoveva Guardiola de Estrada Palma
Primera Dama de Cuba
Otra tradición dice que Guardiola conoció a doña Ana en un baile, el baile se celebraba en la casa frente al mercado de Yuscarán, donde hoy está el negocio de doña Esmeralda de Cortés, casa que pertenecía a Don Calixto Arbizú, minero y ex alcalde de Yuscarán.
El señor Arbizú abandono la ciudad de Yuscarán para venir a presenciar el matrimonio de su hija Anita a Tegucigalpa. Pasando por el pueblo de Cantarranas, hoy San Juan de Flores, cayó gravemente enfermo, y manifestó a su familia que no quería morir sin dejar ya casada a su hija Anita.  Guardiola acudió presuroso al llamamiento que se le hizo, sellando con lazo indisoluble aquel amor nacido espontáneamente de su alma. A la muerte de Arbizú, Guardiola publicó una composición en verso que circuló profusamente en hoja impresa en Tegucigalpa. 

Guardiola fue feliz al lado de su esposa, la amó apasionadamente y le prodigaba toda clase de ternuras que ella supo corresponder. El matrimonio de Guardiola se verificó el año de 1847, probablemente a fines de marzo o a principios de abril, siendo Ministro de Relaciones Exteriores el Dr. Juan Lindo. Procreó con su esposa a los siguientes  hijos: Gonzalo, que nació el 10 de enero de 1848, siendo su padrino de bautismo don Bernardo Inestroza, Fue director del Archivo Nacional de Honduras y el escribió las preciosas Tradiciones Tegucigalpenses y murió el 22 de marzo de 1903.

Gumercinda Guardiola Arbizú
Guadalupe, que nació el 8 de mayo de 1849, siendo sus padrinos de bautismo el Dr. Cornelio Lazo y Francisca Guardiola de Inestroza. Se casó con el Lic. Trinidad Ferrari y murió en San Pedro Sula el 31 de mayo de 1944. Francisca que nació el 3 de agosto de 1850, siendo su padrino don Sotero Moncada;  fue maestra de Instrucción Primaria y murió el 10 de abril de 1927; Galatea que nació el 31 de mayo de 1857, siendo sus padrinos don Trinidad Ferrari y doña Trinidad Ferrari;  fue una elegante dama de salón, que se distinguió por su canto dulce y su ejecución en el piano; de casó con el General polaco Carlos Rolof Niaplhy y murió el 3 de junio de 1941, en La Habana; Genoveva que nació el 30 de julio de 1858, siendo sus padrinos don Esteban y María Ferrari; se casó con Don Tomás Estrada Palma, primer Presidente de la República de Cuba y murió en New York el 20 de diciembre de 1926; Gumersinda que nació el 22 de enero de 1850, siendo su padrino don Bernardo Inestroza, murió al poco tiempo de haber nacido; Guillermina que nació el 18 de mayo de 1861, siendo su madrina su tía Trinidad Arbizú Ocampo y murió el 27 de febrero de 1944. Nótese que todos los nombres de los hijos inician con la letra G.


Doña Ana Arbizú de Guardiola murió en Tegucigalpa el 30 de noviembre, en el mismo año que murió su hijo Gonzalo a quien lloró inconsolablemente.

Guardiola a pesar de tener pocos fondos, trató de adquirir una casa en la ciudad de Tegucigalpa, perteneciente a una señora que vivía en Amapala, por cierta cantidad de dinero. Para esa transacción Guardiola dio poder a los señores Bernardo Inestroza y Miguel Lardizábal.

En esa escritura se hizo constar que el referido Guardiola daba esa casa en donación a Anita Arbizú por las prendas relevantes que caracterizaban a dicha señora y sobre todo a los importantes y esmerados servicios que había prestado a su marido. Pues bien, una casa fue todo lo que quedó en herencia al morir asesinado en Comayagua el que fue modelo de esposo y padre. La viuda se vio en la necesidad de responder con ese inmueble a la casa comercial Fortín del también yuscaranense Don Daniel Fortín por cantidades de dinero que le daba mediante el pago de réditos. Francisca y Guillermina se fueron a vivir a una casita de bahareque en la calle de la Ronda, de esta ciudad de Tegucigalpa y la última murió en casa extraña. Que diferencia la de aquellos tiempos con los actuales, los Cabañas y Guardiolas no reaparecerán. 

Recopilaciones Lic. Hector Ramón Cortés Cáceres
Fuente: Libro  Vida de Esteban Guardiola, por Esteban Guardiola Cubas.


jueves, 2 de mayo de 2013

Los cementerios de Yuscarán


Por Oscar Wilfredo Lezama y Hector Ramón Cortés

Página del libro de
defunciones de 1748
En el archivo de la Iglesia Católica de Yuscarán existe aún un libro de defunciones que data de 1748,  tiempo en que Yuscarán ya estaba bien poblado por esclavos, mulatos, criollos hondureños de otros pueblos y extranjeros de varias nacionalidades. Para entonces, la iglesia administraba los cementerios, pero no he encontrado ningún dato que señale la ubicación del o los cementerios de entonces.

El primer cementerio en la Plaza. Cuenta la tradición oral que cuando se descubren los minerales, especialmente las vetas de Iguanos, Tamagás y El Novillo, se empezó a poblar Yuscarán, precisamente en la zona conocida como El Novillo o parte alta de esta ciudad y que el cementerio lo tenían en el sitio que ahora ocupa la plaza central.

Los entierros en las iglesias. Enterrar en los cementerios fue una costumbre promovida por la alta sociedad, Yuscarán no fue la excepción, en la iglesia se encuentran enterradas el niño Mariano Fortín hijo de Don Daniel Fortín que murió en la ciudad de Nueva York, en el jardín está enterrado E. A. Burke un filantrópico minero estadunidense y el cura José Hermógenez Zúniga, entre otros. El 15 de junio de 1880,  según lo registra la Gaceta Oficial del 24 de junio del mismo año, se prohíben los entierros en las iglesias, la autoridad que lo permitiera se sometía a un año de prisión en el Castillo de Omoa y los particulares que lo promovieran seis meses de prisión en el mismo presidio.

El cementerio en El Calvario.  Por razones que oportunamente publicaremos, la población se trasladó a donde se encuentra actualmente y el cementerio fue trasladado al Barrio El Calvario en la parte que hoy ocupa la Escuela Ramón Montoya Cerrato, donde funcionó hasta mediados de 1867, según lo registra la nota de la junta sanitaria del 26 de de agosto de 1867 firmada por don Mónico Córdova la que entre otras cosas dice: “El informe que ha dado a esta junta el señor sacristán evidencia que la capacidad del panteón no permite el que se continúe dando sepultura a cadáveres sin tocar el perjudicial inconveniente de remover los sepulcros recientes. En circunstancias que se teme la invocación del Colera Morbus; considerando que para llenar tan urgente necesidad se hace preciso señalar otro punto que sirva de panteón para el termino de tres años”.

Cuándo empezó este cementerio no lo sabemos pero si creemos importante citar que según documentos del archivo de la Casa de la Cultura y acta municipal de 1853 Yuscarán fue atacado por una terrible peste de Tosferina de lo que murió mucha gente especialmente niños de 1 a 7 años, también la langosta provocó una tremenda hambruna, se suscitaron movimientos armados (Guerras civiles) y luego 1867 el cólera morbus atacó la población lo que colapsó el antiguo cementerio.

El cementerio de Capiro
Por la gran cantidad de muertos por las causas anteriores, seleccionaron para otro panteón el lugar conocido como Capiro (costado sur del actual cementerio y propiedad hoy de Rigoberto Nolasco) donde no duró mucho. Según acta municipal de 31 de diciembre de 1868 la corporación decide que es improcedente enterrar muertos en el panteón de Capiro y ordena que a partir de Enero de 1869 se seguirá enterrando en el Panteón Viejo y al termino señalado por la Ley se exhumarán los cadáveres enterrados en Capiro y  serán trasladados sus restos al viejo cementerio del Calvario.

La década de 1870 fueron años de mucha preocupación por el tema del cementerio y es hasta el 14 de enero de 1879 que se emite la ley de secularización de bienes eclesiásticos, pero el señor cura de la ciudad todavía para el 11 de marzo de 1879 no había entregado el cementerio a la Alcaldía Municipal. Por este tiempo el costo de los entierros era así: Adultos 18 reales, niños la mitad si se enterraban en ataúd de adulto y si era en ataúd pequeño 12 reales.

El actual Cementerio General de Yuscarán
Actual cementerio de Yuscarán
En nota del 25 de febrero de 1885 el tesorero municipal don Sebastian Barela es comunicado por el secretario sobre la apertura del Viejo Panteón solicitado por don Camilo Fortín. Para este año (1885) la municipalidad pensando en un nuevo cementerio elige un sitio en el Tejar pero antes de iniciarlo hubo oposición del vecindario manifestando que no era el lugar adecuado porque en invierno se llenaba de agua y propusieron el lugar llamado Los Patiecitos, ante esto se nombro una comisión dictaminadora integrada por personas de buen criterio, quienes al final manifestaron que el lugar más indicado era “Los Patiecitos” y así lo confirma Don Mónico Córdova Serra, Gobernador Político en nota enviada con fecha 28 de noviembre de 1885 a la corporación municipal y así se procedió a la construcción del actual Cementerio.

En septiembre de 1888 la municipalidad encomienda a Don Dionisio Colindres y Guillermo Cole para que levanten los planos de la fachada del Cementerio General. Al interior de este cementerio en la cabecera norte existió una galera que servía para velar difuntos menesterosos o carentes de familia; esta galera desapareció en la década de los 1970,  afortunadamente durante la administración municipal de Roger Horacio Ochoa se construyó una bonita capilla en la parte frontal del cementerio.

En un informe del poder Ejecutivo al Congreso Nacional (Gaceta Oficial del 19 de febrero de 1889) se registra que se ha terminado la construcción del nuevo cementerio de Yuscarán que mide 104 varas de largo por 44 de ancho. (Probablemente la parte de arriba del cementerio actual), porque para el año siguiente 1889 se habla de un “Cementerio Común”.

Los adultos mayores recordarán para referirse al cementerio actual se hacía distinción entre El  Cementerio de los Ricos, el Cementerio de los niños y el Cementerio de los Pobres.


Cementerios Privados 
Cementerio de la
Familia Fortín

Yuscarán tuvo en la sociedad un sector de mucha alcurnia, con sobrado poder social, económico y político, familias que además de tener institutrices y maestros privados para educar a sus hijos, también construyeron sus propios cementerios.

La familia Fortín construyó su campo santo en la parte baja del barrio San Juan, más conocido como el panteoncito de los Fortín. La forma original de este cementerio era un cuadro con paredes altas hechas de cal  y canto y sobre ellas un círculo de madera y techo de teja que aún para 1960 se mantenía. En la actualidad y debido al hacinamiento de la población, se encuentra rodeado de viviendas. Los descendientes de esta familia al ver que solo estaban quedando las tumbas, lo protegieron de forma diferente a la original.


Cementerio de la Familia Córdova
El cementerio de la Familia Córdova, lo ubicaron contiguo al viejo cementerio, en el Barrio El Calvario. Como por el año de 1986 y para construir un aula que a la escuela le permitiera instalar una biblioteca se destruyó la parte más antigua de este panteón, en donde se presume entre otras personalidades, fueron depositados los restos mortales de don Juan Bautista Morazán y Doña Gertrudis  Alemán, padres de Don Eusebio Morazán y abuelos de la máxima figura centroamericana Don José Francisco Morazán.

El cementerio de los Extranjeros Como mencionamos al principio, los cementerios fueron administrados por los curas, por lo que los extranjeros residentes en Yuscarán que en su mayoría no eran católicos, con  fecha 1 de abril de 1893 pidieron al alcalde un lugar independiente del campo santo católico, donde dar sepultura a los individuos que de sus familias fallezcan, ofreciendo costearlo por su propia cuenta y señalando la extensión de terreno que comprende la cima de la loma de “El Coyote” ubicada en el llano del Tejar de este término municipal. Esta solicitud fue resuelta favorablemente  en la misma fecha, porque se procedería a enterrar en el Cementerio de los extranjeros el cadáver de Almira Stillwell Cole de Jones, posteriormente es probable que se haya enterrado en este cementerio a “Miss Dalia” institutriz de la Familia Córdova y con el paso del tiempo la loma pasó a llamarse “Misalia”. 

Cementerios en las Aldeas En decreto gubernamental del 16 de septiembre de 1925 a través de la Gobernación Política, el alcalde municipal Don Sotero Navas Lazo recibe la orden de construir cementerios en las aldeas principales del municipio, de la forma siguiente: En la Aldea Agua Fría, En el Coyol para la misma aldea y también para Las Crucitas y El Teñidero. En el Chagüite Oriente para la misma aldea y el  Caracol. En el Pataste para Ojo de Agua, El Platanar, Corpitos y Laínez. En el Cordoncillo para la misma aldea y para El Rancho y La Montaña del Ocotal. En la Ciénaga para la misma aldea y el Pericón y Sabana Redonda.
Muy respetuosamente sugerimos a las autoridades locales, declaren estos cementerios como monumentos públicos históricos y darles la protección necesaria y visualizar desde ahora, por lo que queda de vida útil al cementerio general, donde, cómo y cuándo se ubicará el nuevo cementerio general de Yuscarán.

Fuentes: Archivos Parroquiales de Yuscarán, Actas municipales y libros copiadores de la gobernación política.
Publicado en la Revista Yuscarán, Ayer y Hoy, Número 4, Marzo 2013