Artistas y Escritores


Yuscarán conocido por su historia minera y su potencial turístico, es cuna de poetas, sonetistas, escritores, periodistas y literatos. En este espacio comentaremos su vida y sus obras entre ellos: Ana Mateo Arbizú Flores, Carlos Izaguirre, Santiago Flores Ochoa, Julio Cesar Fortín, David Fortín, Jacinto Rivas, Guillermo Codrington, Francisco José Elvir, José María Albir, Virgilio Fortín Machado, Alfredo León Gómez. Así mismo Yuscarán supo encantar la pluma de foráneos que dedicaron sus trabajos literarios a esta Ciudad Mágica como la llamo Floylán Turcios, entre otros Rafael Heliodoro Valle, Clementina Suarez, Lucila Gamero de Medina. De los nuestros y foráneos haremos remembranzas cada mes, este pendiente.


Ana Mateo Arbizú Flores de Guardiola

La primera poetiza de Honduras y Primera Dama


Considerada la primera poetisa hondureña, nació en el mineral de Yuscarán, el 21 de septiembre de 1825. Sus padres fueron Calixto Arbizú, de descendencia vasca y de doña Santos Flores. Se casó el 30 de marzo de 1847 con el hombre que llegaría a ser presidente de Honduras  (1856-1962), José Santos Guardiola Bustillo. Gracias al preciado esfuerzo del historiador nacional, Darío González, hemos podido reconstruir la descendencia de ambos.  El primogénito Gonzalo, nacerá en Comayagua, en 1848 y morirá, en 1903. Gonzalo fue un dedicado hombre de letras en su tiempo;  único varón de la familia; le seguiría Guadalupe, nacida el 8 de mayo de 1849 y muerta el 3 de mayo de 1944.

Francisca será la tercera hija quien naciera el 3 de agosto de 1850 y muriera en abril de 1927. 
Galatea, la cuarta hija, nació el 31 de mayo de 1857 y moriría en Cuba, el 3 de julio de 1910. Fue la esposa del militar cubano, de origen polaco, Carlos Roloff. Genoveva, nació el 10 de julio de 1958 y murió en Nueva York el 14 de diciembre de 1926. Su cadáver fue repatriado a Cuba, donde descansa en el panteón de Santiago, al lado de los de su esposo, Tomás Estrada Palma, primer presidente cubano.  Gumercinda, nació pero murió aún siendo niña. La última de la familia Guardiola-Arbizú, Guillermina, nació el 18 de mayo de 1861, un año antes del asesinato de su padre y murió el 27 de febrero de 1944.  Ana Mateo, murió en 1903

Su primer trabajo literario circuló en Tegucigalpa poco después de su boda, en honor a la muerte de su padre. Otra de sus primeras composiciones fue publicada en el Diario La Gaceta de la ciudad de Comayagua, el 22 de agosto de 1865, con ocasión de la muerte de su hija Gumersinda acaecida el 11 de Julio de 1865.


Publicado en la Revista Yuscarán, Ayer y Hoy, Numero 1, Diciembre 2012






Escultor Obed Valladares

Nació en Yuscarán, el 4 de mayo de 1955

Escultor expresionista que pudo abordar con propiedad temas desde  literatura nacional hasta lo histórico y lo étnico. Catedrático de la Escuela Nacional de Bellas Artes. Realizó estudios de restauración y rescate arqueológico de cerámica precolombina y colonial en Panamá. Fue becado por el gobierno de Italia para estudiar en aquel país.

Sus trabajos fueron admirados en exposiciones personales, colectivas e industriales a nivel nacional e internacional, obtuvo premios a nivel nacional e internacional.

En  vida expuso sus obras en museos en Washington, Costa Rica y Tegucigalpa.

Después de su muerte, sus obras se encuentran en las mas renombradas galerías a nivel nacional e internacional: Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, El Salvador, Bolivia, Holanda, Estados Unidos y Japón.

En 1993 obtuvo el Premio Nacional de Arte “Pablo Zelaya Sierra”

Contrajo nupcias por primera vez con la también yuscaranense María Julieta Mondragón Cortés, con quien procreó a la también artista de la plástica Ángela Beatriz Valladares Mondragón.



Falleció en el año de 1994.

Publicado en la Revista Yuscarán, Ayer y Hoy, Numero 1, Diciembre 2012






Pintora Teresita Fortín

Teresa Victoria Fortín Franco. Nació en Yuscarán a finales del siglo XIX (1885), perteneció a una de las familias más antiguas de Tegucigalpa y estaba conectada con familias de ricos mineros y comerciantes de Yuscarán. Gracias a su amistad con el maestro Pablo Zelaya Sierra (acababa de regresar de Europa), empezó por el camino academicista, integrándose a una generación que ya luchaba en el campo del arte, entre quienes se cuentan la poeta Clementina Suárez y la maestra de música Mercedes Agurcia Membreño.



Muerto su padre, el Doctor don Miguel Ángel Fortín a quien ella dedicó los mejores años de su vida, Teresa Victoria ingresó al cuerpo docente de la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde no sólo se entregó a la juventud, sino que experimentó con todas las escuelas y con todos los materiales posibles. Por otra parte, ella cooperó con la Misión Científica del Peadoby Museum de la fundación Carnegie, que en 1938 limpió y restauró el Parque Arqueológico de Copán.



Durante el año de 1934, interviene en la fundación, con el maestro Carlos Zúniga Figueroa, de la "Academia Nacional de Dibujo Claroscuro al Natural", en la que participa como maestra. Al mismo tiempo no descuida su carrera artística, por lo que hasta finalizar la década, realiza cinco exposiciones personales y envía muestras a ocho colectivas. En 1942, a solicitud del obispo de Tegucigalpa, Agustin Hombach, forma parte del equipo de Restauración, con el italiano Alejandro del Vecchio, de los evangelistas pintados por Jose Miguel Gómez en las pechinas de la cúpula de la Catedral de Tegucigalpa. Este trabajo le produce una gran inspiración, por lo que durante un buen tiempo se dedica  a la pintura religiosa.


En el año 1948 gana el Premio del Salón Anual del Instituto de Cultura Interamericana.  En 1950 y 1960 expone en Guatemala, España y Estados Unidos. La revista alemana  “Spiegel" publica un interesante reportaje sobre su labor artística. Luego al transcurrir la década del 60 al 70, realiza nuevas exposiciones bajo el patrocinio del Instituto  Hondureño de Cultura Interamericana, y uno de sus cuadros, el titulado "La última esperanza", se emplea como símbolo de concordia en la Organización de las Naciones Unidas. el año de 1977 concurre al "Certamen Permanente Centroamericano 15 de  septiembre" que patrocina el Ministerio de Educación Pública de Guatemala. En 1978 es invitada especial del Instituto Italo-latinoamericano de Roma para intervenir en la "Quinta Muestra de Pintura Latinoamericana" hecha durante el mes de mayo. El 28 de septiembre de ese año recibe el Lauro de Oro del Distrito Central y el 29 de septiembre de 1980 es condecorada con la Hoja de Liquidámbar en Plata por aquella dependencia. Finalmente, el 22 de noviembre del mismo año se le entrega el Premio Nacional de Arte Pablo Zelaya Sierra.


Como puede verse, Teresita Fortín fue fundamentalmente autodidacta. Su evolución artística comprende algunas etapas bien definidas. Durante sus comienzos pinta objetos con un estilo realista. Más adelante hace paisajes dentro del impresionismo, recurriendo en algunos casos a la técnica de la pintura con espátula, según lo confirman sus obras "Incendio de bosque" (1940), "El pino" (1947) y "Tormenta " (1959). Dentro de este mismo género ensayó el "Collage", así lo demuestra su obra "El volcán", donde el follaje de los arboles fue hecho con  hojas adheridas a la tela.

En determinado momento de su vida, Teresita Fortín hace también pintura religiosa. Son  notables a este respecto su "Cabeza de Cristo" (1930) y la "La Crucifixión" (1933) donde emplea colores suaves y se mantiene dentro de los cánones del realismo, sin llegar a los extremos del barroco. Ensaya igualmente, el colorismo objetivo con distintos materiales, incluida la terralaca. Por último y como una muestra de su versatilidad, hizo pintura "naif", algunos de cuyos cuadros fueron expuestos durante el año 1977 en el salón de la Biblioteca Nacional bajo el título de "Recuerdos". Ya anciana (a los 70 años) retorna al bregar de las exposiciones individuales, presentando una colección de 36 lienzos, titulada “Mi Vida”.

La crítica internacional ubicó a Teresa Victoria Fortín como La Naif más representativa de Honduras; Betty La Duke realizó excelentes estudios sobre su pintura, la que trascendió las fronteras patrias. Fortín murió en una pobreza económica congruente con su idea del arte visto como realización, integrada a una idea central de servir al prójimo y su temor al lucro. Sin embargo, su memoria permanece en los viejos corredores de la Escuela Nacional de Bellas Artes y su vida y obra son materia obligada de estudio en el pensum académico de esta.

Teresita Fortín es discreta en el empleo de colores, su temperamento artístico es suave, incluso cuando le toca representar el vigor de la naturaleza tropical, es decir, las plantas, las flores y los cielos. Todos sus cuadros reflejan una gran dulzura, lo que demuestra que fueron hechos por un alma tranquila, en la que el amor era el sentimiento predominante.

Fuentes: Antología de las artes plásticas de 1997 y el libro Mujer, Familia y Sociedad de Leticia de Oyuela.



Poeta Santiago Flores Ochoa
Por Lic. Hector Ramón Cortés Cáceres


Nació en Yuscarán, El Paraíso el 11 de febrero de 1918 y murio en 1989 poeta, periodista y diplomático. Hijo de Maria Ortencia Ochoa Cortés y de Armando Flores Fiallos. Su abuela fue doña Asunción Cortés Sevilla hija de don Leon Cortés famoso comerciante de Yuscarán.

Formó parte de la Academia Hondureña de la Lengua; en 1982 el Estado de Honduras le otorgó el Premio Nacional de Literatura "Ramón Rosa". Entre sus libros destacan “Sonetos de Luz al viento” (Mexico 1963), “Sonetos Equinocciales” (Bogota, Colombia 1973), “Los Angeles Nocturnos” (Buenos Aires, Argentina, 1969).


Rimas en la noche (1962)
Libro Sonetos de luz al viento

Un resplandor de luna y un vientecillo alegre
que salta las laderas y despeina las espigas,
y el sopor enervante de las horas nocturnas
celosas a mi anhelo y a mi sueño furtivas.

Un desfile lumínico de viajeras luciérnagas
que horadan las paredes aéreas de la noche,
un pájaro que trina, un arroyo que canta
y un pálido lucero dormido sobre el monte.

La brisa perfumada refugiase en mis manos
de tibias epidermis y afina las cigarras
su monocorde acento, su saltarín arpegio
que perece arrancado de tambores de plata.

Alientos musicales que vienen de los pinos
de copas seculares. Hoy diálogos de estrellas
en el azul profundo, en el océano inmenso
donde los astros siguen sus veredas eternas.

Resalta, allá a lo lejos, la torre de la ermita,
soberbia, esbelta y santa como monja devota,
mientras un viento alegre y un resplandor de luna
ahuécanse en el alma, tremendamente sola.




Poeta Carlos Izaguirre 



En la monografía de la ciudad de Yuscarán, publica por Eliseo Romero en 1969 al celebrarse el centenario de la fundación de departamento de El Paraíso y el establecimiento de Yuscarán como Cabecera, se publicó el siguiente artículo, escrito por el mismo Eliseo Romero:

“Tuve la honra de haber conocido en la ciudad capital de Honduras al eminente Poeta, Novelista y Ensayista, don Carlos Izaguirre. Elemento que esgrimió su pluma por la orientación y la cultura de éstos pueblos, a través de sus Obras Literarias, joyas que nos ha dejado para su recuerdo. Por otra parte diversos cargos importantes los cuales supo desempeñarlos en decencia, capacidad y decoro”.

Fue Diputado a la Asamblea Nacional Constituyente de 1923, el año siguiente fue nombrado Gobernador Político de Cortés y Tegucigalpa, en 1925 estuvo en Washington por primera vez, en calidad de Secretario de la legación de Honduras. Posteriormente ocupó en varias ocasiones el puesto de encargado de Negocios. En 1930 colaboró en la gestión de límites entre Honduras y Guatemala. Fue Vice-director de la Academia Hondura de la Lengua y Director del Instituto Hondureño de Cultura  Hispánica. Pertenecía a numerosas actividades culturales, tanto nacionales como extranjeras. En mayo de ese año su gobierno lo nombro Embajador de Honduras en Washington, ciudad en que falleció el  18 de Julio de 1957. Publicó numerosas Obras Literarias, de las que se destaca la novela “Bajo el Chubasco” de carácter social y política. 

Carlos Izaguirre nació en la ciudad de Yuscarán, el 9 de enero de 1895. (Posiblemente en el lugar conocido como El Zarzal). Sus estudios primeros los logró realizar en su lugar natal. En 1910 ingresó como becado en la Escuela Normal Central de Tegucigalpa obteniendo el título de Maestro de Educación Primaria en 1914. En 1915 fue nombrado Director de la Escuela Normal de Varones y Colegio “La Fraternidad”, ambos en Juticalpa y en 1917. Inspector Técnico de Educación en los Departamentos de Choluteca, Valle y La Paz.


Carlos Izaguirre es el más grande exponente de la literatura Yuscaranense. Además de sus poemas publicados en las obras "Sonetos y Prosas" y "Nieblas" escribió en 1945 la novela de carácter social "Bajo el Chubasco" editada en la ciudad de México en dos volúmenes, 
siendo para muchos, su más destacada aportación a la bibliografía hondureña. 

Su obra ha trascendido las fronteras y las edades y aun hoy, muchos años después de su muerte, su obra literaria es tema de estudio y admiración. Recibió excelentes críticas incluso se hicieron varios libros que recogían esos comentarios.  A continuación algunos comentarios de sus obras.



Libro “Bajo el Chubasco”  Impreso en Talleres Tipográficos del Nuevo Mundo. A.S. México DF, 144 de diciembre de 1945. Dos volúmenes en cuarto, El primero 563 páginas el segundo 611 páginas.
Es una obra de una gran extensión y aliento, una novela de interés patriótico por cuanto se refiere a la grandeza y transformación saludable de Honduras. Su protagonista es Inocente Paz, que secundado por otros personajes simbólicos arrancados del Evangelio Cristiano como Marcos y Pablo trabajó por realizar sus generosos ideales.
Como el falansterio de Fourier, Inocente trata de una organización ideal y perfecta llamada la misión que reúne en sí todo cuanto puede obtener una nación civilizada.
Dan mayor realce a esta obra de carácter psicológico y social todos los elementos estéticos de que puede valerse un escritor talentoso y preparado; así encontramos la descripción de nuestro bello territorio, las manifestaciones de su naturaleza tropical entre los que se encuentran el fenómeno climatológico de El Chubasco que sirve para dar nombra a la novela y para simbolizar  las tendencias tenaces y duraderas que constituye el modo de ser de los hondureños. Encontramos las intencionadas sátiras referentes a nuestra política turbulenta, nauseabunda y de rapiña, nuestras costumbres primitivas y rudas los encantos de nuestro folklore, nuestro estado, educación real y muchas características de la vida hondureña.
Carlos Izaguirre merece un cálido aplauso por esta nueva obra que además de los encantos de su estilo propio que revela indudablemente loa robusta mentalidad de su autor.
De la presentación de libros de la Revista del Archivo y Bibliotecas Nacionales, vol. XIV

Libro “Desiertos y Campiñas”
Imprenta Calderón, Tegucigalpa D.C. Republica de Honduras, 1939. Un volumen de 185x140 mms con 200 páginas.
El autor de esta bella obra, que lleva ya realizada una copiosa labor literaria, nos viene manifestando todos los desdoblamientos de que es susceptible su privilegiado espíritu.

Tan luego se nos presenta como filósofo, educador, sociólogo, político y moralista, como se nos revela inspirado poeta  innovador y libre que se aparta de caminos trillados y que no se serviliza a ninguno de los procedimientos artísticos conocidos. Prueba con ello que habiendo talento y numen las reglas con trabas estériles. Prueba también que está  en sus felices facultades abordar todas las escuelas literarias desde el clasicismo y el romanticismo hasta el modernismo con sus infinitas variedades.
Sus cien sonetos se apartan del tipo clásico  y pone en ellos y en las preciosas notas que los explica o comentan un fondo de alta filosofía a la manera de Campoamor y de Rodó. La filosofía de la vida que es la más trascendental de las filosofías.
No citamos en especial ninguno de los sonetos porque todos ellos nos parecen bellos  e interesantes, todos revelan  un sentir profundo y un pensar elevado. Todos enseñan y señalan senderos y orientaciones, desiertos y campiñas.
Si el fondo de estos poemas es interesante por contener ideas elevadas, pensamientos atrevidos, reflexiones profundas e imágenes seductoras; la expresión es exquisita pues está poblada de metáforas brillantes, símiles verdaderas y ritmos armoniosos.
De la Revista del Archivo y Bibliotecas Nacionales.  Vol. XV


Sus Obras:
Inquietudes. Estudios filosóficos-literarios. Tegucigalpa, 1931, Alturas y abismos; novela. Tegucigalpa, 1935, Readaptaciones y cam­inos. Tegucigalpa, 1936, Desiertos y campiñas. Sonetos y prosas. Tegucigalpa, 1939, Nieblas. Poemas. México, 1941, Bajo el chubasco, novela de carácter social. México, 1945 (2 vols.). La voz de las sombras. Tegucigalpa, 1948, Reflexiones y pensamientos. Tegucigalpa, 1953.

Publicado Por Lic. Hector Ramón Cortés en la Revista Yuscarán Ayer y Hoy número 6 de mayo 2013 Fuentes: Boletines y Revista del Archivo y Biblioteca Nacional, Vols. XV, XIV




Poeta y Narrador Guillermo Codrington

Por Lic. Hector Ramón Cortés
Su verdadero nombre es William James Codrington.
Nació en la ciudad de Yuscarán, El Paraíso el 4 de junio de 1931. Sus padre fueron Juhan Codrington de origen ingles capataz de una empresa minera y Maria Nuñez vecina de Yuscarán.

Poeta y narrador, vinculado a las Ediciones Pegaso, del  que fue director. Ganador de los Juegos Florales de San Marcos de Ocotepeque en 1985, asimismo de varios certámenes de poesía, cuento y ensayo.

Es conferencista de la Dirección de Historia Militar, donde labora como encargado de la biblioteca.


El laureado escritor ha recibido las preseas¨: “Lira de Oro” del Grupo Ideas, en poesía, “Lira de plata” del Grupo Ideas en la rama de cuento, “Lira de Plata” del Grupo Ideas en ensayo y el primer lugar en los Juegos Florales de Copán. En la actualidad es conferencista sobre temas de interés nacional en la Dirección  de Historia Militar y es  miembro de la sociedad Literaria de Honduras desde 1969.

Obras publicadas: 
CUENTO:
Cuentos de Tierra y Viento (1983).

NOVELA:
Krekantary (1985),
El Muro del Silencio (1987),
Cero al Espacio (2003). 
Visitantes del General Morazán

POESÍA: La Cosecha (1969).
Escribiéndole a Juan (s. f.).
ENSAYO:  El mundo de Lucila Godoy

Publicado en la Revista "Yuscarán, Ayer y Hoy" Número 7 de mayo 2013




Profesor Carlos Federico Licona

Por Lic. Hector Ramón Cortés

Profesor Carlos Federico Licona
En esta sección hemos compartido de escritores y literatos nacidos en Yuscarán  que pudieron publicar sus escritos,  no así a quien hoy nos referimos, que no pudo ver culminada esa pretensión. Gracias a su sobrina Suyapita Licona hemos podido hojear y resumir algunos escritos del libro inédito escrito “Historia de Yuscarán” que dejo escrito y listo para su publicación. Sabemos por comentarios del historiador don Nahúm Valladares que el profesor Licona también estaba escribiendo otro libro sobre la historia del General Morazán.

El profesor Carlos Federico Licona nació en la ciudad de Yuscarán  el 28 de julio de 1913, sus padres fueron Jose Casto Licona y Ofelia Ochoa, sus abuelos paternos Dionicio Licona y Beatriz Cerrato maternos Juan Ochoa y Elena Lopéz.

Los que tuvimos la fortuna de conocerle y escuchar sus disertaciones, obtuvimos de primera mano los conocimientos de historia y cotidianidad de nuestra ciudad que el profesor Licona poseía, especialmente los referentes a la vida del General Francisco Morazán y su familia. Don Carlos Federico Licona era un morazanista por convicción propia. En los primeros años de este siglo recibió un reconocimiento como historiador por la Sociedad de Geografía e Historia de Honduras. Murió en esta misma ciudad el 13 de enero de 2010 a los 97 años.
Del libro inédito “Historia de Yuscarán” por Carlos Federico Licona les comparto dos piezas muy importantes que muestran su pasión investigadora y su amor por Yuscarán.

CANTO AL MONSERRAT 

Cuando los yuscaranenses se colocan al frente de esta suntuosa montaña, ven y escuchan y con poder y capacidad admirable, se disponen a interpretar la brisa que con su niebla, suspiran el canto de las arroyos, el viento suave de ternura diáfana y fresca, que por un todo, son las voces de su lira que al difundirse, entonan el himno de la montaña bastante emocionante.


Por la tarde al ocultarse el sol encaminado a su apoteosis, tras la montaña, aparece una preciosa policromía dejando alas como de un celaje, brota ante la maravilla una hermosa y esplendorosa tarde que tendiendo sus cabellos de oro, ante el paso de la noche, entonces embrujados en un mutismo profundo y suntuoso, viene el silencio y comienza la meditación del árbol, se escuchan los diálogos sostenidos, entre las plantas y el sol en una absoluta quietud de la floresta de encaje azul de su manto y la luna con sus destellos que al paso deja la neblina, un delirio en un charco besado por la luna.

Publicado en la Revista "Yuscarán, Ayer y Hoy" numero 9 agosto 2013

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