jueves, 2 de mayo de 2013

Los cementerios de Yuscarán


Por Oscar Wilfredo Lezama y Hector Ramón Cortés

Página del libro de
defunciones de 1748
En el archivo de la Iglesia Católica de Yuscarán existe aún un libro de defunciones que data de 1748,  tiempo en que Yuscarán ya estaba bien poblado por esclavos, mulatos, criollos hondureños de otros pueblos y extranjeros de varias nacionalidades. Para entonces, la iglesia administraba los cementerios, pero no he encontrado ningún dato que señale la ubicación del o los cementerios de entonces.

El primer cementerio en la Plaza. Cuenta la tradición oral que cuando se descubren los minerales, especialmente las vetas de Iguanos, Tamagás y El Novillo, se empezó a poblar Yuscarán, precisamente en la zona conocida como El Novillo o parte alta de esta ciudad y que el cementerio lo tenían en el sitio que ahora ocupa la plaza central.

Los entierros en las iglesias. Enterrar en los cementerios fue una costumbre promovida por la alta sociedad, Yuscarán no fue la excepción, en la iglesia se encuentran enterradas el niño Mariano Fortín hijo de Don Daniel Fortín que murió en la ciudad de Nueva York, en el jardín está enterrado E. A. Burke un filantrópico minero estadunidense y el cura José Hermógenez Zúniga, entre otros. El 15 de junio de 1880,  según lo registra la Gaceta Oficial del 24 de junio del mismo año, se prohíben los entierros en las iglesias, la autoridad que lo permitiera se sometía a un año de prisión en el Castillo de Omoa y los particulares que lo promovieran seis meses de prisión en el mismo presidio.

El cementerio en El Calvario.  Por razones que oportunamente publicaremos, la población se trasladó a donde se encuentra actualmente y el cementerio fue trasladado al Barrio El Calvario en la parte que hoy ocupa la Escuela Ramón Montoya Cerrato, donde funcionó hasta mediados de 1867, según lo registra la nota de la junta sanitaria del 26 de de agosto de 1867 firmada por don Mónico Córdova la que entre otras cosas dice: “El informe que ha dado a esta junta el señor sacristán evidencia que la capacidad del panteón no permite el que se continúe dando sepultura a cadáveres sin tocar el perjudicial inconveniente de remover los sepulcros recientes. En circunstancias que se teme la invocación del Colera Morbus; considerando que para llenar tan urgente necesidad se hace preciso señalar otro punto que sirva de panteón para el termino de tres años”.

Cuándo empezó este cementerio no lo sabemos pero si creemos importante citar que según documentos del archivo de la Casa de la Cultura y acta municipal de 1853 Yuscarán fue atacado por una terrible peste de Tosferina de lo que murió mucha gente especialmente niños de 1 a 7 años, también la langosta provocó una tremenda hambruna, se suscitaron movimientos armados (Guerras civiles) y luego 1867 el cólera morbus atacó la población lo que colapsó el antiguo cementerio.

El cementerio de Capiro
Por la gran cantidad de muertos por las causas anteriores, seleccionaron para otro panteón el lugar conocido como Capiro (costado sur del actual cementerio y propiedad hoy de Rigoberto Nolasco) donde no duró mucho. Según acta municipal de 31 de diciembre de 1868 la corporación decide que es improcedente enterrar muertos en el panteón de Capiro y ordena que a partir de Enero de 1869 se seguirá enterrando en el Panteón Viejo y al termino señalado por la Ley se exhumarán los cadáveres enterrados en Capiro y  serán trasladados sus restos al viejo cementerio del Calvario.

La década de 1870 fueron años de mucha preocupación por el tema del cementerio y es hasta el 14 de enero de 1879 que se emite la ley de secularización de bienes eclesiásticos, pero el señor cura de la ciudad todavía para el 11 de marzo de 1879 no había entregado el cementerio a la Alcaldía Municipal. Por este tiempo el costo de los entierros era así: Adultos 18 reales, niños la mitad si se enterraban en ataúd de adulto y si era en ataúd pequeño 12 reales.

El actual Cementerio General de Yuscarán
Actual cementerio de Yuscarán
En nota del 25 de febrero de 1885 el tesorero municipal don Sebastian Barela es comunicado por el secretario sobre la apertura del Viejo Panteón solicitado por don Camilo Fortín. Para este año (1885) la municipalidad pensando en un nuevo cementerio elige un sitio en el Tejar pero antes de iniciarlo hubo oposición del vecindario manifestando que no era el lugar adecuado porque en invierno se llenaba de agua y propusieron el lugar llamado Los Patiecitos, ante esto se nombro una comisión dictaminadora integrada por personas de buen criterio, quienes al final manifestaron que el lugar más indicado era “Los Patiecitos” y así lo confirma Don Mónico Córdova Serra, Gobernador Político en nota enviada con fecha 28 de noviembre de 1885 a la corporación municipal y así se procedió a la construcción del actual Cementerio.

En septiembre de 1888 la municipalidad encomienda a Don Dionisio Colindres y Guillermo Cole para que levanten los planos de la fachada del Cementerio General. Al interior de este cementerio en la cabecera norte existió una galera que servía para velar difuntos menesterosos o carentes de familia; esta galera desapareció en la década de los 1970,  afortunadamente durante la administración municipal de Roger Horacio Ochoa se construyó una bonita capilla en la parte frontal del cementerio.

En un informe del poder Ejecutivo al Congreso Nacional (Gaceta Oficial del 19 de febrero de 1889) se registra que se ha terminado la construcción del nuevo cementerio de Yuscarán que mide 104 varas de largo por 44 de ancho. (Probablemente la parte de arriba del cementerio actual), porque para el año siguiente 1889 se habla de un “Cementerio Común”.

Los adultos mayores recordarán para referirse al cementerio actual se hacía distinción entre El  Cementerio de los Ricos, el Cementerio de los niños y el Cementerio de los Pobres.


Cementerios Privados 
Cementerio de la
Familia Fortín

Yuscarán tuvo en la sociedad un sector de mucha alcurnia, con sobrado poder social, económico y político, familias que además de tener institutrices y maestros privados para educar a sus hijos, también construyeron sus propios cementerios.

La familia Fortín construyó su campo santo en la parte baja del barrio San Juan, más conocido como el panteoncito de los Fortín. La forma original de este cementerio era un cuadro con paredes altas hechas de cal  y canto y sobre ellas un círculo de madera y techo de teja que aún para 1960 se mantenía. En la actualidad y debido al hacinamiento de la población, se encuentra rodeado de viviendas. Los descendientes de esta familia al ver que solo estaban quedando las tumbas, lo protegieron de forma diferente a la original.


Cementerio de la Familia Córdova
El cementerio de la Familia Córdova, lo ubicaron contiguo al viejo cementerio, en el Barrio El Calvario. Como por el año de 1986 y para construir un aula que a la escuela le permitiera instalar una biblioteca se destruyó la parte más antigua de este panteón, en donde se presume entre otras personalidades, fueron depositados los restos mortales de don Juan Bautista Morazán y Doña Gertrudis  Alemán, padres de Don Eusebio Morazán y abuelos de la máxima figura centroamericana Don José Francisco Morazán.

El cementerio de los Extranjeros Como mencionamos al principio, los cementerios fueron administrados por los curas, por lo que los extranjeros residentes en Yuscarán que en su mayoría no eran católicos, con  fecha 1 de abril de 1893 pidieron al alcalde un lugar independiente del campo santo católico, donde dar sepultura a los individuos que de sus familias fallezcan, ofreciendo costearlo por su propia cuenta y señalando la extensión de terreno que comprende la cima de la loma de “El Coyote” ubicada en el llano del Tejar de este término municipal. Esta solicitud fue resuelta favorablemente  en la misma fecha, porque se procedería a enterrar en el Cementerio de los extranjeros el cadáver de Almira Stillwell Cole de Jones, posteriormente es probable que se haya enterrado en este cementerio a “Miss Dalia” institutriz de la Familia Córdova y con el paso del tiempo la loma pasó a llamarse “Misalia”. 

Cementerios en las Aldeas En decreto gubernamental del 16 de septiembre de 1925 a través de la Gobernación Política, el alcalde municipal Don Sotero Navas Lazo recibe la orden de construir cementerios en las aldeas principales del municipio, de la forma siguiente: En la Aldea Agua Fría, En el Coyol para la misma aldea y también para Las Crucitas y El Teñidero. En el Chagüite Oriente para la misma aldea y el  Caracol. En el Pataste para Ojo de Agua, El Platanar, Corpitos y Laínez. En el Cordoncillo para la misma aldea y para El Rancho y La Montaña del Ocotal. En la Ciénaga para la misma aldea y el Pericón y Sabana Redonda.
Muy respetuosamente sugerimos a las autoridades locales, declaren estos cementerios como monumentos públicos históricos y darles la protección necesaria y visualizar desde ahora, por lo que queda de vida útil al cementerio general, donde, cómo y cuándo se ubicará el nuevo cementerio general de Yuscarán.

Fuentes: Archivos Parroquiales de Yuscarán, Actas municipales y libros copiadores de la gobernación política.
Publicado en la Revista Yuscarán, Ayer y Hoy, Número 4, Marzo 2013



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