Fotografía de los famosos correos de a pie, 1897 |
En los primeros años de nuestra historia como mineral
de Yuscarán, la comunicación postal era muy fluida y abundante, no obstante la
manera esta se realizaba de manera muy diferente a la actualidad. Hoy la
comunicación se ha popularizado tanto con el correo electrónico, las redes
sociales y los teléfonos inteligentes algo que dista mucho de esos primeros
años de la historia hondureña.
Lo más común en esos tiempos era transportar el correo sobre lomo de animales o en carretas tiradas por mulas o bueyes, también había un tipo de correo denominado correo de a pie, se trataba de hombres que a la brevedad que les permitían sus fuerzas y condición física, trasportaban la correspondencia entre las diferentes provincias, distritos y pueblos. La transportación también podía ser acompañada por bestias adicionales, lo que agregaba un valor extra dependiendo del número de bestias y la distancia de la entrega.
Lo más común en esos tiempos era transportar el correo sobre lomo de animales o en carretas tiradas por mulas o bueyes, también había un tipo de correo denominado correo de a pie, se trataba de hombres que a la brevedad que les permitían sus fuerzas y condición física, trasportaban la correspondencia entre las diferentes provincias, distritos y pueblos. La transportación también podía ser acompañada por bestias adicionales, lo que agregaba un valor extra dependiendo del número de bestias y la distancia de la entrega.
En 1810 El intendente Don Ramón de Anguiano, Coronel de
los Reales Ejércitos, con cita en la ciudad de Comayagua, establece el arancel
que rige las diferentes actividades económicas de la provincia de
Honduras. El arancel incluye temas muy
diversos incluyendo el correo de a pie.
El arancel con solo cartas de Tegucigalpa a Yuscarán
tenía un valor de doce reales y hasta Danlí tres reales. Un mozo cargado con
dos arrobas o cualquiera de los parajes referidos a real por legua, es preciso
aclarar que Yuscarán estaba ubicado a 12
leguas de Tegucigalpa y 26 de Comayagua.
Un tayacán con su caballo a Real por legua y si tuviere
que traer bestia de vuelta costaba medio real por legua. Una bestia de silla a
real por legua: Una bestia cargado con ocho arrobas a real la legua, sin
excepción ni privilegio alguno, pues igual está mandado a un las de Real
hacienda por Real Orden de su Majestad.
Por guardar seis bestias en el Campo día y noche dos
reales, por el hospedaje a los pasajeros solo en el Cabildo y no en otra parte,
ni individuo, dos reales el día y hasta tres días un real por cada uno y lo
mismo en la Arrería que pasare.
Por las Sesteadas en dicho Cabildo medio real y si pidieren
mozo para mandados un real; lo mismo se entiende con los expresados
anteriormente, cuya mitad es para la Casa de Cabildo, y la otra parte para el
indicado mozo; ha de haber paja, agua, mantenimientos que necesite el pasajero
por su precio.
Fuente consultada: Revista Anales del Archivo nacional, 1972 – 1974,
pagina 47.
Fotografia tomada del blog http://fotosantiguashonduras.blogspot.com
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